El historiador romano Tácito (Anales, XVI, 18) se refería a él como arbiter elegantiae («árbitro de la elegancia»). Su sentido de la elegancia y el lujo convirtieron a Petronio en organizador de muchos de los espectáculos que acontecían en la corte de Nerón. Petronio fue también procónsul de Bitinia, y más tarde cónsul.
Su influencia sobre Nerón infundió celos en el prefecto del pretorio Cayo Ofonio Tigelino, otro de los favoritos del emperador, pues lanzó contra él acusaciones falsas. Participó en una conjura encabezada por Pisón. Nerón, avisado, le ordenó permanecer en Cumas. El escritor decidió quitarse la vida: se dejó desangrar hasta morir. Se dice que había enviado al emperador un escrito en el que pormenorizaba todos los vicios del tirano.
Petronio es autor de una notable obra de ficción, una novela satírica en prosa y verso titulada El Satiricón, (ca. 60), de la cual se conservan algunos fragmentos. Narra las aventuras de dos libertinos: Encolpio y Ascilto, e incluye algunos cuentos milesios sexualmente explícitos.
El estilo poético de Petronio es muy manierista, parecido al de Ovidio. El Satyricon es el primer ejemplo de novela picaresca en la literatura europea. Aporta una descripción única, a menudo enormemente deshinibida, de la vida en el siglo I d. C.
A pesar de que su narrador se expresa en el mejor latín de la época, la obra es especialmente valiosa por los coloquialismos en los parlamentos de muchos personajes, que ofrecen un interesante objeto de estudio acerca del latín vulgar de la época. El episodio más famoso es el Banquete de Trimalción, una descripción sumamente realista de un banquete ofrecido por un nuevo rico y ostentoso liberto.
Si hablas inglés: Petronius
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