Safo. |
También conocida
como Safo de Lesbos por haber nacido precisamente en esta isla, actualmente
Grecia, en el 612 a.C. Murió en el 548 a.C. De su obra sólo han podido
rescatarse 650 versos, siendo posible encontrar sólo tres poemas íntegros, en
2004 fue encontrado otro poema de Safo en el embalaje de una momia del siglo
III a.C . Su vida se encuentra cubierta de un aurea de misterio y fascinación,
los datos históricos sobre ella son muy escasos. Se cree que vivió la mayoría
de su vida en Lesbos, salvo un pequeño periodo de exilio en la isla de
Siracusa, actualmente territorio de Sicilia, debido a las luchas entre las
oligarquías de las que su familia formaba parte y de las que ella decidió
participar al escribir sobre la tiranía de Pitaco, el general que, con su ejército venció a los atenienses
comandados por Frinón y que gobernó la isla de Lesbos durante diez años en los
que restringió el poder de la nobleza apoyándose de las clases populares de las
que Safo no formaba parte.
"Sappho inspired by love" Angelica Kauffmann |
A ella se le atribuye la creación de la
estrofa sáfica, que consiste en tres versos endecasílabos seguidos de un cuarto
pentasílabo, conocido como adónico , valiéndose de él para expresar todas las
emociones que el amor despierta en los humanos, como los celos, el deseo o la
nostalgia. Escribió nueve libros de odas, epitalamios o canciones nupciales,
elegías e himnos. De éstos sólo quedan algunos fragmentos y dos poemas
completos: la Oda a la mujer amada,
recogida por Longino en su libro Tratado
de lo sublime y la Oda a Afrodita,
recogida por Dionisio de Halicarnaso.
La Oda a Afrodita es uno de sus poemas más conocidos además de ser uno de
los pocos que se encuentran completos, a excepción de una pequeña parte
faltante en el tercer verso de la quinta estrofa. Al inicio del poema Safo
invoca a Afrodita, diosa griega del amor, la lujuria, deseo, belleza,
sensualidad y de la reproducción, para que esta oiga su llamado y la ayude a
captar la atención de un amor no correspondido. No debe entenderse al amor en
este poema como se concibe en la actualidad, sino como a una referencia hacia
la atracción sexual, ya que eso es lo que representa la diosa Afrodita
“¡Oh,
tú en cien tronos Afrodita reina!,
Hija
de Zeus, inmortal, dolosa:
No
me acongojes con pesar y sexo
Ruégote,
Cipria!”
En la segunda estrofa Safo recuerda una ocasión anterior en la que solicitó
la ayuda de Afrodita y la diosa descendió
llevada en un carruaje de oro tirado por gorriones para atender el ruego
de la desconsolada poetisa y habló preguntándole a Safo:
“Y
tú ¡Oh, dichosa! en tu inmortal semblante
Te
sonreías: ¿Para qué me llamas?
¿Cuál es tu anhelo? ¿Qué padeces hora?
me
preguntabas
¿Arde
de nuevo el corazón inquieto?
¿A quién
pretendes enredar en suave
Lazo de
amores? ¿Quién tu red evita,
Mísera
Safo?”
Safo y Faón (Jacques-Louis David, 1809) |
En la cuarta estrofa Afrodita juró a Safo que aquel amor desfavorecido pronto encontraría la aceptación.
“Que si
te huye, tornará a tus brazos,
Y más propicio ofreceráte dones,
Y
cuando esquives el ardiente beso,
Querrá besarte.”
El poema concluye con una reiteración de la solicitud de Safo a Afrodita.
Tenemos pues la máxima expresión de la capacidad de esta antigua poetisa para
plasmar los sentimientos concernientes al amor y a la pasión, la misma que
convirtió a Safo en una de las poetisas más reconocidas a lo largo de la
historia y cuya influencia ha tocado a otros poeta de la talla de Catulo,
Petrarca, Leopardi, Hölderlin Byron o Rilke.
J. Pablo Colunga
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